lunes, 19 de agosto de 2013

Un cafe mocha blanco con avellanas

Sentada en el sillón de starbucks, con mi vestido blanco y negro (tenia un aire a una niña perdida en la ciudad), mirando por el gran ventanal un edificio que parecia de new York. De repente mire la pantalla de mi celular, tenia un mensaje del chico con el que salgo. Me acomode en el sillón y pensé esto:
Jamas cambiaría mi vida en la ciudad, no me veo fuera de ella, extrañaria todo: las luces de los edificios, los teatros, usar tacos altos, camperas de cuero, los cafés todo.
Después de tanto tiempo me siento feliz, no se si estoy en mí mejor momento... pero tengo todo.
Quien diría que después de ver un simple edificio me diera cuenta de esto. 

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